No hace falta ser un sabio para planificar bien tu patrimonio; es más fácil de lo que piensas. Descubre las ventajas de tener un plan de sucesión que te brinde tranquilidad a ti y a tus seres queridos.
¿Qué es la planificación patrimonial y por qué es importante?
La planificación patrimonial es un conjunto de decisiones que debemos tomar sobre la cesión y administraciones de nuestro patrimonio tras la muerte.
Pasos a seguir:
- Escribe tus deseos sobre el legado de todos tus bienes tras la muerte.
- Aclara tus deseos en la medida de lo posible para evitar desacuerdos entre tus seres queridos.
- Trata de cubrir un amplio abanico de eventualidades que vaya mucho más allá del fallecimiento. Por ejemplo, puedes planificar quién gestionará tu patrimonio en caso de incapacidad.
- Establece mecanismos de protección si crees que alguno de los herederos no será capaz de gestionar una gran suma de dinero.
- Elige a las personas importantes que participarán en la gestión de tu patrimonio.
¿Cuáles son los beneficios de la planificación patrimonial?
- Transferencia armoniosa de tus bienes: la muerte de un ser querido es un momento difícil. Al planificar con antelación la transferencia de tu patrimonio, tus seres queridos podrán hacer el duelo en lugar de tratar de descifrar tus últimos deseos.
- Lograr que se respeten tus deseos: cuanto más específicos sean tus deseos, menos probable será que no se cumplan.
- Una forma de protección en caso de incapacidad: puede ser conveniente designar a una o varias personas para que te cuiden y administren tus bienes. Sin un mandato de protección, también conocido como mandato de incapacidad, podría ser más difícil para tus seres queridos acceder a tu cuenta bancaria para pagar tus facturas o vender el coche que ya no puedes utilizar.
- Construir una estrategia fiscal adaptada a tu situación: si detallas tu patrimonio antes del fallecimiento, los profesionales pueden ayudarte a reducir el impacto financiero de la transferencia de tus activos, por ejemplo, reduciendo el impuesto a pagar sobre tus ingresos y/o ganancias de capital, o gestionando una transferencia libre de impuestos de tus planes de ahorro de jubilación registrados.
¿A qué edad hay que hacer la planificación patrimonial?
No tienes que esperar hasta una determinada edad para resolver los detalles de tu patrimonio. Familias con niños pequeños, individuos con importantes inversiones financieras o empresarios, deberían planificar cuanto antes su patrimonio.
¿Cómo hacer la planificación patrimonial en 7 pasos?
1. Define tus objetivos
Este paso debería ser el primero de tu lista de prioridades, incluso antes de hacer tu testamento. Habla también de ello con tu asesor bancario o planificador financiero.
Deberías preguntarte qué quieres para tus seres queridos después de tu muerte y cómo podrían ayudarles tus activos. El objetivo es priorizar tus objetivos patrimoniales, aunque esto no siempre es fácil.
Haz el siguiente ejercicio y pregúntate si quieres:
- Proporcionar a tus hijos o nietos el acceso a la educación superior.
- Permitir que tus seres queridos mantengan un determinado estilo de vida.
- Dejar a tu cónyuge la parte de la vivienda que te pertenece, esto es especialmente importante para los que tienen una relación de pareja de hecho.
- Planificar quién cuidará de ti en caso de que quedes incapacitado y qué te ocurrirá si pierdes la salud o tu independencia.
- Transmitir parte de tu herencia en vida: por supuesto sería gratificante aportar una gran suma a pagar los estudios de tu nieto, pero ¿tienes suficientes activos para mantenerte hasta que mueras y darle este regalo? Como en todo, considera los pros y los contras de dejar una herencia en vida.
- Planificar un patrimonio filantrópico. ¿Te gustaría hacer una donación para apoyar causas que son importantes para ti? Esto se puede hacer dejando un legado de activos con plusvalía como donación planificada, creando una fundación o eligiendo a una organización como beneficiaria de una póliza de seguro.
2. Analiza tu situación en detalle.
Haz un inventario de tus activos y reúne todos los documentos necesarios para que tu asesor bancario o planificador financiero pueda analizar adecuadamente tu situación. Además, será más fácil para tus seres queridos gestionarlo en caso de que fallezcas.
- Documentos legales: contratos de matrimonio o unión civil, acuerdos de copropiedad o de accionistas, sentencias de separación o divorcio, etc.
- Documentos fiscales y financieros: declaraciones de la renta, declaraciones de inversión, declaraciones del plan de pensiones de los empleadores actuales y/o anteriores, certificados de préstamos, declaraciones de deudas, certificados de inversión, etc.
- Seguros y otros documentos: pólizas de seguro de vida, certificados de autenticidad de obras de arte o de colección, certificados de nacimiento, listas de propiedades, etc.
La planificación patrimonial comienza con una revisión financiera para obtener una mejor comprensión de tus finanzas personales.
Si tu situación cambia (divorcio, nueva unión, compra de una propiedad, llegada de un hijo, etc.), revisa la información de tu estado financiero y tu lista de bienes. Sobre todo, guarda estos documentos en un lugar seguro e informa a tus familiares de su ubicación.
3. Elige a todas las personas importantes.
Al planificar tu patrimonio, tendrás que designar a varias personas clave que puedan ayudarte a cumplir con tus deseos. También debes considerar el nombramiento de sustitutos en caso de que las personas no puedan desempeñar sus funciones.
A continuación se presenta una lista de personas importantes y sus funciones:
- El albacea: tiene responsabilidades importantes como liquidar la herencia, pagar las deudas, presentar la declaración de la renta del fallecido, repartir los bienes entre los herederos, etc. Puedes nombrar a uno de tus herederos, a una persona externa de confianza para que gestione tu patrimonio o a un liquidador profesional, como un notario o una empresa fiduciaria. Es aconsejable informar a la persona que elijas.
- El fideicomisario: administra los bienes y ejecuta la voluntad del testador en interés de los beneficiarios. Esta función es especialmente útil cuando existe una situación familiar compleja (por ejemplo, una familia mixta con hijos de distintos padres) o cuando se desea que los herederos reciban los fondos a una edad determinada. El fideicomisario debe ser elegido en función de su fiabilidad y comprensión de la dinámica familiar.
- El tutor legal: protege a los hijos menores y sus bienes. Es imprescindible planificar la eventualidad de que tú y tu cónyuge fallezcáis mientras los hijos son todavía menores de edad. Designa y asesora a alguien cercano a tus hijos y de confianza, ya que esta función va mucho más allá de la gestión financiera.
- El apoderado: administra los bienes y actúa en tu nombre en caso de incapacidad. Por ejemplo, tu apoderado puede tomar la decisión de ingresarte en una residencia. Como se trata de una cuestión de dinero, pero también de calidad de vida, puedes designar dos mandatarios: uno para la administración de tus bienes y otro para tu bienestar.
4. Redacta tu testamento
Las herencias con testamento suelen tardar menos en resolverse y son más sencillas desde el punto de vista administrativo. Sea cual sea la forma de tu testamento, el más reciente prevalecerá a la hora de tu muerte.
Hay tres tipos de testamento:
- Testamentos ológrafos: consiste en poner tus deseos por escrito en papel, pero requiere la legalización después de tu muerte.
- Testamento con testigos: debe firmarse ante dos testigos de tu elección, que sean fácilmente localizables y que no sean tus herederos. La sucesión será más fácil que con un testamento ológrafo.
- Testamento preparado por un notario o un abogado: cumple con la ley y se archiva en un lugar seguro.
5. Contrata un seguro de vida si es necesario.
Garantiza la protección financiera a tus seres queridos después de tu muerte. Está libre de impuestos y puede utilizarse también para pagar los impuestos o los gastos del funeral. Es importante elegir cuidadosamente a los beneficiarios de tu seguro de vida.
Antes de contratar un seguro de vida, debes determinar si tus objetivos pueden alcanzarse sin él. Si no es así, puedes evaluar los fondos que te permitirán alcanzar tus objetivos y elegir tu póliza en consecuencia, sobre todo si hay gastos de sucesión o deudas que pagar tras el fallecimiento.
6. Optimiza tu estrategia.
Un experto en fiscalidad u otro profesional puede ayudarte a valorar que todo está en orden y quizás incluso orientarte hacia posibles optimizaciones en tu planificación financiera.
Aconseja a tus seres queridos que es mejor consultar a un profesional antes de liquidar tu patrimonio. Esto puede permitirles tener una mejor estrategia y reducir el impacto fiscal antes de que se liquide todo.
Si eres propietario de una empresa o accionista, las acciones forman parte de tu patrimonio. Se trata de una situación compleja, así que habla con un experto en soluciones bancarias para empresas para desarrollar una estrategia patrimonial personalizada.
7. Dales tranquilidad a tus seres queridos.
Al resolver los asuntos relacionados con tu fallecimiento, darás a tus seres queridos una tranquilidad absoluta. Podrán desahogar su dolor sin tener que tomar decisiones rápidas sobre ti.
- Planifique sus preparativos funerarios e intente reducir los costes del funeral.
- Formaliza tu consentimiento para la donación de órganos y tejidos. Este paso es válido para toda la vida.
- Detalla por escrito tus deseos en caso de incapacidad para consentir cuidados como la reanimación cardiopulmonar o la alimentación forzada.
En todos los casos, recuerda informar a tus seres queridos de los pasos que estás dando. La planificación patrimonial es un paso complejo pero necesario, y es único para cada persona. A nadie le gusta pensar en su propia muerte; más bien, la planificación del patrimonio debe verse como un gesto de amor hacia los seres queridos