El paso a la fase de jubilación supone un trastorno financiero para muchas personas mayores. Los ingresos disminuyen y las nuevas necesidades provocan un aumento de los gastos. Los objetivos de ahorro en esta fase necesitan una corrección de rumbo.
Comprobar las finanzas.
El primer paso es analizar la propia situación financiera. ¿Cubren las pensiones todos los gastos de la vejez? ¿Hay pasivos pendientes, por ejemplo, un préstamo inmobiliario? ¿Hay que hacer alguna inversión importante como la modernización de la vivienda? ¿Hay un fondo de emergencia disponible?
Proteger los ingresos.
Si la comprobación financiera revela un desfase entre los ingresos y los gastos, este debe cerrarse de forma prioritaria. Los ahorros, las herencias, las indemnizaciones por despido de la empresa o el pago de un seguro de vida son adecuados para ello.
Establecer objetivos de ahorro.
Una vez que se ha cerrado la brecha de las pensiones y se ha reducido el pasivo en la medida de lo posible, hay margen para invertir dinero. Los objetivos de inversión son decisivos: ¿Hay que modernizar la vivienda o invertir capital a largo plazo? Para los objetivos de ahorro a corto plazo, se recomiendan las inversiones seguras, como los depósitos a plazo fijo o los bonos de ahorro. Los bajos tipos de interés reducen la rentabilidad, pero no hay costes y la rentabilidad puede calcularse con exactitud.
Para objetivos de ahorro entre cinco y diez años, son adecuados los fondos inmobiliarios o los fondos mixtos de baja fluctuación. Estos últimos combinan varias clases de activos, como acciones, bonos y materias primas, y realizan una gestión activa del riesgo. La diversificación de activos amortigua las fluctuaciones del mercado y mantiene abiertas las oportunidades de rentabilidad.
Conseguir mayor rendimiento.
Los activos que no se necesitarán en los próximos diez años pueden invertirse en fondos llamados ETF. Se negocian en la bolsa como las acciones, pero tienen menos riesgo porque se basan en un gran número de acciones. Los centros de asesoramiento al consumidor recomiendan ETFs sobre el índice MSCI World. Este índice está compuesto por unas 1.600 acciones y, calculado en euros, ha logrado una rentabilidad media de 8,1% incluyendo los dividendos durante 50 años.
Evitar errores.
Diversifica tus inversiones para limitar el riesgo de pérdida y conseguir rendimientos estables. Además, los mayores deben desconfiar de las altas promesas de rentabilidad e insistir en una declaración de idoneidad de su asesor bancario. Desde 2019, los bancos y asesores financieros tienen que explicar por escrito por qué recomiendan esta inversión. El documento sirve como prueba en caso de reclamaciones por daños y perjuicios.