No importa si ya estás jubilado o si todavía eres estudiante: los siguientes consejos sobre finanzas personales deberían ser tomados en cuenta por todos los que quieran hacer provisiones para el futuro.
Crea tu colchón financiero.
La vida es imprevisible. Por eso no puedes predecir las cargas financieras a las que te enfrentarás en un futuro próximo: perder el trabajo por dificultades inesperadas (ya lo vivimos durante la pandemia), el ordenador se estropea y hay que repararlo o incluso sustituirlo, hay que cambiar el colchón… Si surge lo inesperado debemos estar preparados. Por ello, hay que ahorrar de forma que se pueda vivir de las reservas durante algún tiempo.
Sin embargo, en caso de que la estrategia de precaución no funcione y se produzca una situación de emergencia financiera, hoy en día existen préstamos online especialmente baratos y rápidos con condiciones atractivas.
Las circunstancias de las personas varían, por supuesto, por lo que también hay que hacer una distinción en este caso: Como funcionario, no es necesario reservar más de tres meses de sueldo, ya que el dinero llegará con seguridad incluso en caso de enfermedad. Los autónomos, por su parte, deberían acumular unos ahorros mayores, de unos seis meses de sueldo, para poder hacer frente a los problemas financieros.
¿Dónde guardar tus ahorros?
Crea una cuenta de ahorro separada o de depósito para evitar la tentación de gastar el dinero sin una buena razón. La ventaja de una cuenta de este tipo es que el dinero queda disponible rápidamente. El ahorro del fondo de emergencia debe tener prioridad sobre todas las demás intenciones financieras y también debe evaluarse periódicamente para poder hacer ajustes. Por ejemplo, si tienes en casa electrodomésticos y equipos modernos no necesitarás ahorrar tanto como si tienes muebles y equipos antiguos que pronto deberán ser sustituidos. A título orientativo, deberías reservar alrededor del 10% de los ingresos netos mensuales.
Obtén una visión general de tus finanzas y establece un presupuesto.
Este punto es relativamente fácil de cumplir, ya que hoy en día muchos bancos disponen de una aplicación que enumera los gastos. Es una buena manera de ver a qué se destina el dinero y reflexionar sobre si este gasto merece la pena. ¿Es posible que estés gastando demasiado y que destine sumas que no son necesarias en algunos caprichos? ¿Es necesario pedir comida cada dos días o tomar ese café tan caro? ¿Es posible que compres cosas que luego apenas utilices? ¿Tienes demasiadas suscripciones a las que no sacas provecho?
Debes aprender a establecer presupuestos, mantener los gastos bajo control y ajustarlos. Una gran ayuda para elaborar un presupuesto son las clásicas hojas de cálculo de Excel de creación propia o las aplicaciones especializadas en finanzas. En Internet se pueden encontrar ejemplos y plantillas de presupuestos.
Pagar las facturas y los plazos a tiempo.
Esta es un área que definitivamente debe ser automatizada. Si hay facturas recurrentes, como el alquiler, Internet o la electricidad, se recomienda domiciliarlas. De este modo, no tendrás que pensar en ello cada mes y evitarás acumular deudas y gastos innecesarios, así como un deterioro de tu calificación crediticia. Por supuesto, las facturas puntuales deben pagarse inmediatamente para evitar los recargos por demora y otros gastos similares.
Invierte el dinero que te sobra.
Si te sobra algo de dinero después de los ahorros y los gastos de manutención, deberías invertirlo. No tiene mucho sentido dejar el dinero en tu cuenta cuando puedes hacerlo crecer comprando acciones o ETFs. Sin embargo, antes de dar este paso, lee sobre el tema o consulta a alguien que ya tenga experiencia.
Comprar y vender de segunda mano.
Si tienes objetos que no necesitas, puedes venderlos en el mercado online. También es una excelente idea para los ahorradores comprar artículos de segunda mano, ya que suelen ser mucho más baratos. A cambio, sólo hay que aceptar pérdidas mínimas de calidad en la mayoría de los casos, que suelen ser de carácter óptico. De este modo, se ahorra dinero a la hora de comprar una nueva mesa, coche o bicicleta. Lo mejor es buscar en Internet antes de hacer cualquier compra importante para ver si hay una opción más barata. La compra y venta de artículos de segunda mano también es más sostenible y, por tanto, respetuosa con el medio ambiente.
Conclusión
Por supuesto, de vez en cuando te apetece una gran fiesta de cumpleaños, unas vacaciones en el Caribe o el coche de tus sueños, pero precisamente por eso deberías empezar a pensar más conscientemente en tus gastos desde el principio. Esto no sólo aleja las preocupaciones financieras a largo plazo, sino que también tiene otra clara ventaja: llevar unas finanzas ordenadas y prescindir de cosas innecesarias puede, con la disciplina adecuada, llevar a la realización de un deseo largamente acariciado.