Regalar dinero en Navidades, ayudar económicamente a un familiar que está lejos… Son muchas las situaciones en las que nos vemos obligados a transferir una cantidad al extranjero. Los costes de las transferencias internacionales varían mucho. El dinero que llega al final suele ser mucho menos de lo que se envió. A veces puede valer la pena recurrir a proveedores especializados en lugar del banco propio.
El lugar de destino es decisivo para las transferencias internacionales. ¿La opción más sencilla? Transferencias dentro de la zona de Sepa. Sepa significa Zona Única de Pagos en Euros. Incluye a 36 países, desde Islandia hasta Chipre, pasando por Noruega y Portugal. Para las transferencias bancarias en euros dentro de estos países, no suele haber gastos diferentes a los de las transferencias nacionales. La situación es diferente cuando el dinero va a fluir a un país fuera de la zona Sepa.
Averigua las tarifas.
Suelen existir cargos completamente diferentes, pero no se muestran durante el proceso de transferencia. Muchos de los gastos figuran en la lista de precios del banco o caja de ahorros. Algunos bancos piden al cedente que tome una decisión: ¿corresponde él solo a los gastos de la transferencia, los comparte con el destinatario o el destinatario paga solo? Si no se pide nada, las entidades financieras reparten los gastos entre las dos partes (no siempre tiene que ser mitad y mitad, también se puede cobrar al remitente y al destinatario en diferentes proporciones).
Compara proveedores.
Merece la pena comparar proveedores, sobre todo si transfiere dinero al extranjero con regularidad. Porque las transferencias internacionales no sólo son posibles a través de bancos y cajas de ahorros, sino también a través de proveedores especializados. Sus precios suelen ser más bajos, pero también pueden ser más altos. Los costes varían considerablemente, pero no necesariamente se da el caso de que un determinado proveedor de servicios de pago sea el más barato para todos los países.
Los clientes no deben dejarse engañar sólo por las bajas comisiones. No es raro que los proveedores de servicios muestren tarifas bajas, pero en cambio engañen con la tasa de conversión. Por lo tanto, es necesario comparar tanto las tarifas para el remitente como lo que llega al destinatario.