Hablamos de «comunidad de herederos» cuando un fallecido deja más de un heredero. El patrimonio pasa a ser de propiedad conjunta. Todos ellos tienen el mismo derecho a toda la propiedad. «En tal caso, nadie puede tomar o vender objetos individuales sin el consentimiento de todos los demás coherederos», dice Bernhard Klinger, abogado especialista en derecho sucesorio. En el caso de las familias numerosas y de los herederos con diferentes planes de vida e intereses, estas construcciones suponen un riesgo considerable para el patrimonio global. Una comunidad de herederos se convierte rápidamente en una comunidad conflictiva.
Las cosas se complican con los objetos que son difíciles de dividir, como los bienes inmuebles. Un heredero quiere quedarse con la propiedad para alquilarla, el otro quiere vivir en ella él mismo, el siguiente quiere conseguir su dinero rápidamente. Pero hasta que se llegue a un acuerdo entre los coherederos, todos ellos tienen que administrar la herencia de forma conjunta, calculándose la mayoría de votos en función de la cuantía respectiva de las cuotas hereditarias. «Aquí suelen empezar los primeros problemas, cuando surgen disputas sobre posibles reparaciones en una casa o sobre cómo tratar con los inquilinos»- confirma el abogado Klinger.
Un acuerdo amistoso tiene sentido y es financieramente menos arriesgado. En este caso, los coherederos celebran un acuerdo de conciliación con el que todos deben estar de acuerdo. «Es aconsejable iniciar esta liquidación de la herencia lo antes posible, ya que, de lo contrario, se corre el riesgo de que los miembros de la comunidad de herederos fallezcan y su parte de la herencia se transmita, de modo que la comunidad de herederos original se enfrente a más y más miembros nuevos»- recomienda el abogado Michael Wacher. Si un coheredero no quiere esperar al final de este litigio, tiene tres formas de obtener su dinero más rápidamente:
Que se pague la herencia.
Un heredero quiere quedarse con los bienes, los coherederos quieren cobrar. En este caso, un acuerdo de conciliación resuelve el problema. Determina quién se convertirá en el nuevo propietario de la casa y cuánto dinero se destinará a los coherederos. Esta variante es una forma pacífica y, por lo general, de preservar los activos.
Vender la parte de la herencia.
Si no quiere esperar y dejar completamente la comunidad de herederos, puede vender toda su parte. El comprador puede ser un coheredero, todos los coherederos o un tercero externo. «Sin embargo, una transferencia sólo se refiere a la parte de la herencia correspondiente en su conjunto, no a bienes específicos, y requiere una certificación notarial»– dice el especialista en derecho de sucesiones Wacher.
Subasta de la herencia.
Si sigue sin haber acuerdo entre las partes, se puede acudir a los tribunales para solicitar la llamada «subasta de partición». Es decir, tendrá lugar un juicio que termina con una resolución judicial que decretará la venta del inmueble en subasta pública. La recaudación va a parar a la herencia.
«A menudo la amenaza de una subasta es suficiente para hacer entrar en razón a los coherederos»- dice el abogado Klinger. «Si la situación del mercado es mala, a veces una propiedad se vende por menos de su valor».